Carlos R. Martinez C.

Artiste visuel établi à _ Montreal_based Visual artist

Archivos mensuales: enero 2024

¿Pour donde comenzar o terminar?

De todo un poco…

Semillas” 2018, Cerámica de anuxe.blogspot.com – Fotomontaje Carlos R. Martinez ©

Sostengo que este es mi diario recorrido y no una crónica; me he amparado en las artes visuales, la lectura, la escritura y la curiosidad que siempre ha incentivado mi creatividad, en algún lugar para abordar la comprensión de mi entorno y búsqueda de mi mismo, todo ello ha contribuido un cierto sentido en mi discernimiento y aspirar lo que soy.

Dos grandes preceptos guían mi existencia, uno atribuido a Jesús y el otro a Sócrates: “Amaos los unos a los otros” y “Conócete a ti mismo”. Lo que más necesita la humanidad es amarse a si misma, ¡No en tal que pareja! hablo de amor, el amor entre humanos. […] Es necesario de recordar que estuvimos dos años y medio encerrados y en algún lugar descubrimos nuestra propia soledad, ella no ha sido única, tampoco temporaria, es una realidad existencial a la que hemos tenido que adaptarnos. En mis pensamientos las personas que amo nunca están muy lejos. Entonces trato de rememorarlo, para no olvidarlo.

Lo sé, lo sé, estoy consiente con los discursos del tipo “antes era mejor…”. Quizás la tierra funcionaba mejor en Paleolítico, ja, ja, ja; me es difícil imaginarme en la piel de un Oculudentxavis (pequeño lagarto de la prehistoria) antes de servir de boquita a un espeluznante Tyrannosaurus rex. Frecuentemente nos entorpecemos en bellos ideales hasta que la realidad nos atrapa, reescribimos la historia, nos refugiamos en la nostalgia en un oasis que jamas existió. Hoy apercibimos el regreso de la dura extrema derecha y totalitaria. La actualidad me parece casi una analogía de la prehistoria, ¿que de pronto será que somos una especie inteligente??? no lo suficientemente desarrollada en via de desaparición? muy lejos de fomentar la paz, la cohabitación y equilibro con la naturaleza, nada nos acierta, fabricamos armas para nuestra destrucción y dejamos el egoísmo gobernar, la ambición y la prepotencia destructora.

“Inocentes vibraciones”, Buena vista, Izabal, Guatemala, Centro América.. Fotografía Carlos R. Martinez ©

Se sabe técnicamente qué hacer para limitar el calentamiento global, los mercados pueden proporcionar el capital necesario. El principal obstáculo es político, como también se ve en Canadá con una ruidosa campaña contra el impuesto del carbono y en silencio, el lobby de las petroleras. La Presse.

Nos hacemos ilusiones de creer que estamos a salvo de las tensiones estadounidenses, que superan a Trump y afectan a varios países. Como nuestros vecinos, por acá también se comienza a sentir los primeros signos de una extrema derecha, desinhibida y xenófoba.

En tanto que las democracias flaquean, mientras los partidos de extrema derecha ganan popularidad, al tiempo que la demografía entra en los muchos temas delicados de un planeta que arde y reaviva los debates sobre la inmigración, volvemos a escuchar metáforas que preocupan por el “pánico demográfico”.

Este grave riesgo obliga la reflexión y a las personas lúcidas a movilizarse para preservar la democracia y el respeto a los hechos.

En el pasado Carlos el Temerario, Duque de Borgoña (1467-1477), “comparte estas preocupaciones, No es necesario esperar para emprender ni tener éxito para perseverar. También es, dijo, lo que se llama coraje…

“Me voy o me quedo” previamente a la llegada del invierno, el coraje de alzar su vuelo en el otoño. Vía marítima de rio San Lorenzo, Lachine, Quebec, Canada. Fototransparencia Carlo R. Martinez ©.

Personalmente, me siento un poco desamparado y frustrado en estos debates. Es que han habido otras épocas en la que nuestros líderes, eran más carismáticos, no monigotes, ni algoritmos, ni un problema, ni una solución, ni demagogos, ni una fuente de ingresos, sino ante todo seres humanos completos con el derecho a la dignidad. Pienso a Pepe Mujica, Nelson Mandela, Mahatma Gandhi, Martin Luther King etc. (infortunadamente a muchos los asesinaron)

Finalmente hay continentes que gritarían; tanto en la Antártica como en el Ártico o en los trópicos que cada día este mundo es más efímero, sus atabales se eclipsan; fragmentos del pasado a la deriva del tiempo, al instante esta belleza natural de paisajes y de bichos, de hielo y selvas son bien creíblemente una tragedia y el mundo seguirá rotado sin mi, ya que no soy indispensable para que el cambie…. Y ciertamente la vida continuara. C.R. Martinez

“Incluso cuando hay algo más, no siempre es fácil de concluir con la esperanza, habrá una continuación? Nos desafía nuevamente, un lienzo en blanco. Sera que las cosas tienen que desaparecer para que otras sucedan.». 🙂

Según el filósofo Frédéric Lenoir, nuestras sociedades se encuentran en un punto de inflexión y deben avanzar más hacia lógicas “típicamente femeninas” (son sus palabras) de colaboración, empatía e interioridad. Por supuesto, la mera presencia de mujeres en una posición de poder no es garantía de felicidad colectiva. Más bien, es el contexto que hace posible el acceso de las mujeres al poder lo que contribuye a la felicidad de una población.

Los árboles mueren de pie”. Images numérica Carlos R. Martinez ©

En el centro de innovadoras políticas, fundamentales a los principios de solidaridad humana de la responsabilidad internacional de las naciones y el respeto a la dignidad…. Donde estan? Entre otros el periodista y escritor Charles Enderlin (escritor, periodista, documentarista francés-israelita) expone que en la actualidad los israelíes están “totalmente preocupados por su propia tragedia sin poder tener empatía por la tragedia de los demás” y que ven en sus pantallas una guerra distinta a la que se nos presenta. “Desde antigüedad los humanos han hecho frente a la adversidad, se necesita sobrevivir, tener un techo, condiciones básicas, así es la vida. También buscar un mejor futuro empuja a la gente a reaccionar y migrar, así ha sido la historia y la trayectoria de la humanidad.

Existen igualmente otros desafíos totalmente predecibles y la falta de sabiduría política para afrontarlos. No solo es la emigración para un futuro mejor o el peligro gris como se presenta en los países nórdicos. En occidente la población está envejeciendo, lo cual tampoco es una gran sorpresa…

No es ninguna ciencia predecir que si la población aumenta, se necesitará infraestructura. No es ninguna ciencia predecir que a medida que las personas envejecemos, se producirá un cambio hacia los servicios que necesitamos.

Entonces qué ? las soluciones no son necesariamente sencillas. Sin duda, los expertos podrían ilustrar a nuestros gobiernos sobre el procedimiento a seguir. Pero primeramente, tendremos que tener cuidado con la amalgama de mezclas y procurar que los cimientos de la casa donde te alojes no se derrumben.

¿“que no es posible ser neutral, sin una posición ante la vida”?….

Que estemos de acuerdo o no, esto no es un detalle ni un capricho. Este es su derecho en virtud de la Carta de Derechos Humanos y Libertades de Quebec.

La buena noticia en este estruendo que anuncia el despertar de la naturaleza es que nunca se había hablado tanto de “La Primavera de los Poetas”, en el alba no ignoramos que “la poesía está en nosotros, que lleva nuestros dolores. Ella está entre la multitud. […] Ella también está en la basura, lo tosco, lo vulgar. En la ira que puntúa nuestras respiraciones”. En definitiva, para los autores, la poesía está donde quieren que esté.. Entonces, nadie sabe de donde ella ha venido “así pues” descubramos las palabras de los poetas. De todos los poetas.

Amanecer en la gratitud”. Vía marítima de rio San Lorenzo, Île des Sœurs, Quebec, Canada. Fotografía Carlos R. Martinez ©

Hoy en día, a estas alturas, mi vida, mi existencia es relativamente tranquila. Aún cuando no es fácil, rememoro al asesinato en Guatemala de Facundo Cabral (1931-2011), me da una inmenza pena y tristeza, reiterar esa apertura maravillosa al mundo “No soy de aquí, no soy de allá! “, al mismo tiempo me siento favorecido y lleno de gratitud, amo Quebec, no temo a los inmigrantes soy uno ellos. Tenemos todo para aprender de los demás.

Quebec es un lugar privilegiado del planeta, en los años 76 al 81 sus ministros de emigración como Jacques Couture (1929-1995) y Gèrald Godin (1938-1994) dejaron inmemorables recuerdos, de su apertura.

Havre-Aubert, Îles-de-la-Madeleine, Québec, Canada. Fotografía Carlos R. Martinez ©

Quebequeses como ellos me ha hecho abrir mi corazón! Además innombrables artistas explican en parte la historia cultural y política de Quebec y me convencen que escuchar sus letras, su bella música es más relevante que una simple balada, ellas me hacen sentir profundamente con gratitud y vinculado; Félix Leclerc(1914-1988), Robert Charlevoix, Richard Desjardins, Karl Tremblay (1976-nov 2023) todos ellos han defendido causas en sus canciones, su poesía y temas explorados trascienden la omnipresencia en diferentes ámbitos del arte (canto, poesía, teatro, novela)

Me sorprende ver a los jóvenes pasar el día frente a sus teléfonos y pantallas. Me preocupa el aumento del populismo y la xenofobia, cortesía de “energúmenos” como Trump o Putin y en Latinoamérica los peluches como el expresidente de Brasil Jair Bolsaro, Javier Milei (alias el Loco), Nicolás Maduro, Daniel Ortega, etc.

Sin embargo personas como Pepe Mujica, me inspiran, él es único en su forma y me déstabilisa por su humanidad, genialidad y generosidad. Todos estos excepcionales seres alumbran una pasión existencial tardía que encienden mi vida y a esta ahora han motivando mi deseo de escribir, probablemente es también el legado visceral de mi madre”.

Mi añorada madre Yolanda Hercilia Colorado, 24/Nov/1943. Foto Ruano, El Salvador, Centro America.

“Me acuesto por la noche y escribo algunas líneas. A la mañana siguiente, con el café, lo primero que me emociona es ir a releer lo que he escrito. »

Así esta mañana “Cuauhtēmallān” (Guatemala) es mi espejismo, siempre me ha excedido e intimidado. Repetidamente me he limitado ante su complejidad, belleza y sentimientos.

Después de más de 50 años viviendo en el extranjero, tengo la impresión que Chapinlandia sobrevive en su instinto colectivo, tratando de atrapar un salvavidas virtual y le pido al universo que Ixmukané no se ahogue.

En un mundo donde constantemente somos inundados por falsas imágenes, cada vez que hay nuevas elecciones en la tierra del Quetzal, lo que impone una cierta humildad son mis deseos para que no sea un naufragio anunciado, dignamente, ella es mi sangre y mi tiempo. Añadiría el honor a la resistencia y la paciencia de sus ciudadanos, en la perseverancia de quienes tejen, aman y cultivan la tierra de perfumados y coloridos paisajes … en la esperanza de los secretos susurrados en el Popol Vuh, en el eco de sus forestas y panoramas, en la conmovedora brevedad de la existencia, en la trascendencia de los lamentos de Chirimías, de música y de nostálgicas cálidas arenillas y notas de Marimba que tumban de su volcanes…. mientras podemos escucharlas”.

@carlrafaelmartinez

List five things you do for fun.

breathing + ha ha ha like writing and painting

« Por aquel camino verde »

No esta no es mi historia, es tan sólo una vuelta por aquella época. Recuerdo en mí niñez, cuando se me enviaba hacer un mandado a la tienda, ante mi demora mi viejita preguntaba: ¿por donde pasaste? y cantando reía, adivino que ; «Por aquel camino verde que va a la Ermita»….

De echo ahora la pregunta toma otra dimension, “tan vieja como el camino verde”, pero ¿cuál era esa nostálgica expresión de remembranzas de antaño que recorre entre el hollín y las brazas, de comales de añejas cocinas, con olor a ocote y tortillas tostadas? Ellas tenían el encanto y la inocencia de las aventuras de Don Polito donde muy consciente de su efecto, quien veíamos posar con su aire cómico de haber visto pasar muchas cosas. Nos distraíamos mucho leyendo sus chistes.

“El camino verde – ” Fotografia transparencia numérica Carlos R. Martinez ©

Ahora bien en el extranjero mis condescendientes nunca sabrán de él y aún menos de dónde venía, su abuela que ahora tendría más de 100 años ya no esta aquí para iluminarlo. “El camino verde debía ser muy viejo”, así solía parecer, él se quedo allí, con la virgencita de la Ermita en su estrecho sendero, cubierto de musgo con su fuente seca bordeada de margaritas y azucenas marchitas, tal vez aún enlazado a un vetusto portal que conduce entre abandonados frondosos encinos que a travez del tiempo fueron tatuados en su corteza de memorables enamorados corazones. Entonces, no olvida que si por alguna casualidad uno de estos árboles al que tatuaron cualquiera de tus ancestros, si tú no lo puedes trepar, al menos pon la mano en el tronco para no olvidar rememorarlo, así se deslizo Quetzalcóat por el antiguo camino que baja al bosque, entre colinas y barrancos donde se encuentra la dulce santidad que escucha el ritual de enamorados en pena.

Volcán de Agua, Carretera # 1 – Fotografia – Carlos R. Martinez ©

“Por aquel camino verde que por el valle se pierde, con mi triste soledad”, esta expresión digna y elegante es una ilustre vejestoria, muy lejos de un repetitivo RAP, no importaba tanto la edad del camino, sino obviamente que él estuviera allí primero, antes de cualquier otra cosa, incluso antes que todos nosotros. De hecho no era lo viejo, él siempre fue el original.

Trazado en el fondo del Valle, fue el verde arrancado al bosque y salpicado sobre la foresta, él que conducía al rincón perdido, aquel más allá del cual no se sabía si había la posibilidad de volver. Así pues, antes de los primeros ingenuos pichones del quetzal, estuvo allí, previamente de la ciudad de los caballeros, antes del primer festin frugal del «Tonatiuh», y del campamento improvisado donde nos refugiamos mientras deforestábamos o donde tal vez levantamos inicialmente nuestras carpas cuando la tierra temblaba. Estuvo allí anteriormente de las primeras champas de la metrópoli, previamente a las plantaciones de café y hortalizas, antes del primer niño nacido en el valle de la Ermita, allí, en el mismo lugar donde entre las orquídeas Miguel A. Asturias escribió Torotumbo es ahí donde nos conducía.

Desembocaba en alguna parte donde la expresión adquirió toda su robusta consistencia y significado: el camino verde que te permitía regresar al lugar de donde viniste o al menos, si tomaste la decisión de no tomarlo prestado, recuerda que venimos de alguna parte. Incluso abandonado sigue ahí, entre el polvo y los chiribiscos, no más allá de los muros de la doze calle y las historias de la LLorona.

Antigua Guatemala, Fotografia – Carlos R. Martinez ©

No en vano, camino viejo que se entrecruza en el corazón de las leyendas. Esperando en las afueras de pueblos y atrios parroquiales, perturbados por el Cadejo quien con sus ojos en lumbre, alumbraba la noche de ávidos sombríos embusteros, caballeros de aventuras, todos aquellos que, sumergiéndose hacia lo desconocido, volverán a remontar el curso del olvido. Luego regresaban a su reino cargados de gloria y misterio, ricos de lucidez: como el verdadero hombre de barro, el Nahual, el autóctono por supuesto, él de los mil milagros, San Simón, quienes lo conocieron tan bien que mal, encontraban habitualmente el camino que conducía a su guarida.

San Simón – Fotografia transparencia numérica – Carlos R. Martinez ©

Por donde un océano de magna, tan viejo como el mundo tiene un significado de simple inmemorial de antigüedad evocando movimientos abstractos de placas tectónicas sobre un valle repleto de volcanes, de paso «tan vejestorio como el camino» , el que me recuerda que venimos de muy lejos.

No es algo que hagamos a menudo. Rara vez se contemplan los caminos físicos y metafóricos que hemos tomado para llegar a donde estamos, mea culpas ocasionales enviadas rápidamente a una breve mirada durante las anémicas lecciones de historia a algunos cañonazos festejando el 15 de septiembre, una celebración o una banal piñata aquí y allá, un escritor angustiado que de vez en cuando se pregunta cómo vamos a llegar a alguna parte si nadie recuerda de dónde venimos.

!El diablo no es siempre como lo pintan! – Fotografía Carlos R. Martinez ©

Lo mismo podría decirse de nuestros caminos interiores, rumbos estrechos y senderos que nos han llevado desde la niñez hasta la edad adulta: ¿cuántos desvíos, cuántos derrapes dentro de cada uno de nosotros? Tantas viejas rutas que conducen a quienes somos, a los lugares donde nos construimos y donde aún en el hielo elegimos plantar nuestras raíces. Rememoro que nadie vendrá a salvarte si no lo haces tú mismo. Lo que te salvará es hacerte cargo de tu capacidad de educarte. Por ello uno de mis mejores salvavidas ha sido siempre el arte y la lectura.

Mis raíces en el hielo – Fotografía Carlos R. Martinez ©

“No me interesa aparentar menos años, tengo 72 aniversarios, lo asumo muy bien, tengo canas, jamás he disimulado mis laureles… Igualmente llega el momento en que el espejo te lo recuerda»

Imágenes que son a la vez simples e inmensas, también le pregunté a el espejo y me confirmó tu también vas para allá, tal vez no tanto como el camino, pero sí un poco, lo siento en el peso de mi mochila, en mi tendencia a reaccionar ante este tipo de reflexiones: «viejos los caminos, envejecer es un poco tabú, salvo en el entorno de los vinos .” Quizás, una semilla de sabiduría que podemos tomar efectiva o elegir meditar sobre ella durante toda una vida. De hecho no hay que dejarnos de intimidar por la audacia de otros caminos, sino inspirarnos en ellos para mejor recorrerlos.

En este animado comienzo del año, sencillamente deseo tomar el tiempo y si posible contagiar a otros, en la espera de la primavera y las bellas palabras, en la memoria de nuestros antepasados, en el silencio y la gratitud para ofrecerte dos gardenias para ti.

Carlos R. Martinez @car1osmartinez

What makes a good leader?

Courage and humility

Un lente sin pajas

En retrospectiva de abrirse al dialogo y la comprensión; sabiendo que no podemos adivinar lo que la bola de cristal prevé y con el objetivo de alimentar la reflexión, comparto algunas meditaciones que me han permitido encontrar un cierto aplomo.

«Hoy más que nunca, necesitamos hombres y mujeres que nos expongan pasión, el abrirse a la plenitud de lo desconocido, que nos levanten de tanto vuelo rastrero” Fotografia transparencia numérica – Carlos R. Martinez ©

No faltan bonificaciones para hacer crecer el presente. En las memorias para el olvido el 2023 ha quedado atrás, servirá de abono para los años venideros.

Alegremente, durante los últimos días de 2023 no dudamos en desahogarnos sobre su partida. Cuando los años llegan a su fin reciben una cascarroneada de estupideces, paradoxalement solo los humanos antes de su sepultura tendrán el derecho a un coro de elogios y arreglos florales (en cuanto a los ancianos en vida; se les ignora y aún menos raramente se les ofrece un ramillete), ¡Que bueno que termino, 2023! ¡Ya es hora de que termines! ¡No te extrañaremos! ¡Al carajo con 2023!

Consecuentemente con los diversos en juegos que nos polarizan y porque la complejidad de la actualidad es perturbadora, intentar de entender lo qué sucede, es decir adiós, y a veces hasta olvidando los zapatos, sólo quisiéramos salir corriendo. ¿Sabes que? 2024 no nos traerá nada en absoluto. Ni siquiera una pizca de chipilín. Nada en absoluto se detendrá en 2024, ni una mosca sobre el estiércol.

Chemin Masson, Knowlton, Québec, Canada.
En un orbe de tanta ilusión, de saciedad sin horizontes y perdidos sueños, osemos con firmeza la vuelta esperanzadora de la utopía, para construir un mundo donde sea posible la libertad, la equidad y la aventura del servicio.»
Fotografía B&W – Carlos R. Martinez©

Porque el 2024 no existe. No más que el 2023. O los sesenta “peace and love”. O el año 30. Son marcas creadas por el ser humano para ubicarse en el continuo espacio-tiempo. Los segundos, las horas, las semanas, los meses, los años, todo lo inventamos. Algunas teorías científicas llegan incluso a negar la existencia misma del tiempo y su relatividad. Pero no iremos tan lejos en este nano segmento existencial. Se necesitaría mucho tiempo para comprenderlo y, además, si el tiempo no existe corremos el riesgo de quedarnos en el olvido.

Acrílico sobre tela, 40×48 pouces (101x121cm)
«El volcán que escupe icebergs»
En mi mundo paralelo
mi alma es un utópico paraíso tropical,

en el que la radiante y fría mañana,
el aura profundiza el despiadado viento,
en el trino de las frágiles calandrias,
acobijandas en intrépidos gélidos,

solitarios exiliados para obtener vigor.
Sin explorar su fuente, disfruto de su ardor

al vehemente amanecer acogo tu regalo
y ensalzo al cielo para celebrar la vida.
Carlos R. Martinez©

Digamos, sin lugar a dudas, que 2023 no ha hecho nada malo y que 2024 no hará nada bueno. Y que a pesar de todos los deseos intercambiados de feliz año nuevo durante las últimas semanas, dentro de trescientos cincuenta y tantos días culparemos al año viejo de todos los males del universo y en particular de la Tierra.

Porque nada se resolverá, ni las guerras, ni las enfermedades, ni el calentamiento global, ni la reconstrucción de la limonada o el puerto San José, ni nuestros grandes y pequeños problemas. El responsable de todas nuestras desgracias no es el año, sea el que sea, somos nosotros mismos. Nosotros, a veces como entidades, a veces como individuos.

El mundo llevo mucho tiempo girando sin el hombre:
Acrílico 40×60 pulgadas (101x152cm)
El ARTE no tiene en absoluto que matar ni agredir a nadie para hacerse remarcar. Los artistas son como reporteros que narran lo que ven sus ojos y lo que sienten. Individualmente no tenemos ni los medios, ni aptitudes para cambiar la humanidad, tampoco creo que la pintura que denuncia cambie las inequidades ….. pero el deseo de pintarlo siempre me sorprende. Carlos R. Martinez©

Afortunadamente que tenemos el último mes del año, diciembre y cómodamente le echamos la culpa, toda las pendejadas que terminan el año y poner todas nuestras esperanzas en el año que comienza. De esta manera nos deshacemos de la culpa de haberlo hecho mal y hecho la presión de hacerlo mejor. ¡Me refiero a 2023! ¡Contamos contigo, 2024!

Nadie quiere rendir cuentas. Sin embargo, todos deberemos en algún lugar. Todos tenemos una responsabilidad por los lados malos de 2023. Y todos tendremos una responsabilidad por los lados buenos de 2024. ¡Todos cometemos fallos! También seamos positivos, de todos modos, igualmente tenemos una responsabilidad hacia todos los lados buenos.

Seamos justos también. Admitamos, de entrada, no somos responsables de lo más feliz de este mundo, ni de lo más triste. Vida o muerte, estamos atrapados en el mismo cómal. Somos nosotros quienes desperdiciamos nuestra propia vida, a veces hasta el punto de aniquilarnos.

Por eso el final y el comienzo de un nuevo año, que no son, en el fondo, el final y el comienzo de absolutamente de ninguna rosca más que una convención que nos ayuda a hacer balance de nuestras acciones, deberían servir para examinar nuestra conciencia sobre nuestra contribución a la la vida de nuestros seres queridos, los que están lejos y la de nosotros mismos.

Si todos, desde los nuevos gobernantes hasta el ciudadano más común, se hicieran estas preguntas:

– ¿cuál es mi parte de responsabilidad por todo lo que va mal en el mundo y en mi mundo?

– ¿Qué puedo hacer para mejorar las cosas?

– ¿en la punta de nuestro tenedor, de donde viene lo que me llevo a mi boca?.

Todos buenos propósitos para mejorar nuestra vida: comer mejor, dejar de fumar, hacer ejercicio. Aún menos nadie se pregunta qué podremos hacer para mejorar la suerte de los demás. Y después nos sorprende que todo vaya tan mal y si tomamos conciencia que los demás somos nosotros tambien.

Acrílico sobre tela, 30×36 pulgadas (762x914cm)
Sin conexion
Poco importa, la educación, la tecnología y los medios de comunicación, ellos tienen una tremenda influencia en nuestras relaciónes y se han transformado en parte de nuestra vida diaria.
El arte al que me dedico y que inspira mi creatividad está de alguna parte en el mundo de la abstracción. Es un autorretrato de lo que está pasando en mi cabeza y en mi vida interior. Mis pinturas son la emanación de un proceso mental, una experiencia personal, una vida que es mía y una percepción única y agradecida. Con el mismo placer que un niño lanza su avioncillo de papel, alzó al vuelo mi “dron”, picoteo mi teclado, sostengo mis pinceles y mi bolígrafo o mi apunto mi lente para desbordar mis sentimientos en el horizonte y besar la vida.

Carlos R. Martinez©

Sin embargo, no es necesario para tener tanta fe en la humanidad haber dedicado mucho tiempo a leer los comentarios en las redes sociales; Facebook, Instagram, X o Y, Z, es más fácil responsabilizar al 2023 y creer en el 2024, que responsabilizarnos a nosotros mismos del 2023.

¿Y si fantaseando en ellas fuera la clave para un mundo mejor? Sólo un poco. Para que 2024 sea un mejor año que 2023. Todos hemos estado aislados en nuestra realidad durante miles de años lo que no es una razón para que sigamos en transfusion sanguínea con nuestros celulares. Hablemos entre nosotros sin intermediarios. Ahora somos miles de millones de nosotros los que podemos actuar juntos. Actualmente lo utilizamos para insultarnos, para juzgarnos, para menospreciarnos. Si lo usáramos para ayudarnos unos a otros, animarnos unos a otros, hacernos crecer unos a otros.

Fotografia transparencia numérica – Carlos R. Martinez©

Lo sé, es más fácil decirlo que hacerlo. ¿verdad? es una hermosa utopía que rápidamente la atrapa la realidad. Ahora bien, por primera vez, tenemos un lugar para compartir esta utopía. Al menos deberíamos intentarlo. ¿Quiénes serán los valientes que lo intentarán primero? Cuantos más haya, más felices seremos. Y 2024 será un buen año de solidaridad.

Fotografia transparencia numérica – Carlos R. Martinez©

No obstante de todas estas inquisiciones sobre el presente, continuo a ser un eterno optimista (algunos dirán, un tonto feliz). Tendería a creer en la opción de un mundo mejor. En la ficción, las cosas siempre van mal antes de mejorar. No sé lo que nos deparará el año 2024, pero si pudiéramos perfeccionar la hibernación, estaría dispuesto a correr el riesgo de dormir hasta el año 2100. Tengo confianza en que el genio humano, en su infinita grandeza, nos habrá hecho darnos cuenta para entonces de que el pensamiento a largo plazo es la mejor manera de construir el futuro.

Vaya 2023 – HOLA 2024

Desde niño siempre sentí la disposición por el arte, probablemente él me destinó hacia otra trayectoria, la arquitectura paisajística. Donde afortunadamente no siempre estuve solo, tuve jefes y colegas que apreciaron mi trabajo y contribuyeron en mis realizaciones, dispuse del privilegio de obrar más de 32 años en la municipalidad y el Jardin Botánico de Montreal, hoy en dia no sé si en otro lugar hubiese podido celebrar tal proeza.

Conferencia de Carlos R, Martinez en 2008 en el auditorio del Jardín Botánico de Montreal, Montreal, Quebec, Canada.

Los meses siguientes a mi jubilación, me sirvieron de introspección. Una pausa que duro un par de años y en la que me permití de recapacitar, del tiempo que me queda y sobre lo que quería hacer de él. Un paso de realización importante para cuantificar mi expresión artística.

Retirarme. No para jugar golf o estancarme, sino para recuperar el aliento, para respirar y vivir arduamente mi libertad, para recapacitar y obrar en lo que más me agrada. Detenerme para calmar una intensidad que sólo una demora real permite. Aún que lo hice a menudo de diferentes formas. Pero cada vez me dije: rápido, tengo que pensar en el próximo proyecto. Rápido, luego antes que sea tarde tienes que fundar una familia. Una vez, dos veces. Rápidamente, perseguía el siguiente desafío, la siguiente etapa de la vida. La velocidad te da esa sensación de que estás mordiendo al máximo la existencia. Las ocasiones se presentan, mas proyectos y realizaciones, un evento no espera al otro. Date prisa, la vida es corta. La agenda está ocupada, cada espacio está ocupado, organizado, estructurado. Y eso no nos hace siempre descontentos, ya que al contrario, son estos horarios y todos estos proyectos los que dan ritmo a nuestras vidas.

jardines karesansui de Kioto (literalmente significa jardines de montaña y agua seca), Japón 1990. Fotografía Carlos R. Martinez ©

Sin embargo, a los 33 años me detuvo un episodio depresivo grave y único, del cual con mucho coraje y la ayuda de mis amigos pude superar, fue una difícil e inevitable dura enseñanza, tome conciencia que la vida no se puede vivir constantemente como un “Grand Prix” , a toda velocidad porque ahí en ese duro suceso reconocí una real verdad, una fragilidad, como en el tráfico cuando impacientemente tocamos la bocina para que no te golpeen o abrirte paso, de hecho con tanta prisa para no llegar a ninguna parte :-(.

1er premio de Arquitectura Paisajística otorgado por la Asociación de Arquitectos Paisajistas – Invernadero de la araleas y orquídeas, Jardin botánico de Montreal. Arquitectura paisajística y fotografía 1984 de Carlos R. Martinez ©.

¿ Qué estás con “el freno de mano” ?

Sin embargo mi última parada fue sorprendentemente distinta. Diferente porque, fui yo quien la decidió, ya no estaba persiguiendo el siguiente proyecto, ni el reconocimiento, ni nada por el estilo. Inconfundible porque reconozco el haber realizado una vida plena con un entorno privilegiado, porque mis hijos ya eran adultos y tuve que afrontar una separación en un contexto completamente nuevo, no fácil, en el que a final de cuentas me forjo más de lo que hubiese imaginado. Detente, entonces. Es hora de ver el amanecer, es hora de pintar, es hora de recapacitar en la escritura, es hora de escuchar el trino de los pájaros y no hacer nada más. Es hora de leer, pensar, conectarme, maravillarse una y otra vez con los paisajes, bicicletear horas para más tarde compartir panoramas y vistas tomadas con mi drone.

Lago “Croche”, Estérel, Quebec, Canada. Foto captada con mi Drone, Carlos R. Martinez 23 ©

¿Pero por qué frenar me pareció tan diferente?

¿Qué dije? No era la primera vez en mi vida que escuché decir estas oxigenadas hondas: “con el tiempo que me queda, Sé que aún hay vida y no es tarde para recapacitar” así lo dice la balada de Gloria Estefan, escuchándola me sorprendí. Aunque me interpela, humildemente se muy bien que nunca me transformaré en una calabaza, es más sin duda la serenidad de una madurez paulatina que se aproxima de un Ron Añejo recostado en un panteón 🙂 :-).

Quedé sorprendido como si finalmente estuviera domando mi propia fiera. Afortunadamente cuando aún contamos con una relativa buena salud, a 72 años con el sentimiento del aroma de un Centenario Reserva, queda un sorbo que quiero saborear.

1 premio al Jardin Botánico de Montreal en las Floralies Osaka, Quebec, Canada Japon, Arquitectura / arreglo paisajística y Fotografía de Carlos R. Martinez ©

Los niños se transforman en adolescentes, seres queridos que nos dejan y el recordatorio de que no somos inmortales. No es una crisis, sino una reflexión real y profunda sobre lo que queremos que sean nuestros próximos años. Curiosamente la vida me ha hecho correr por muchos senderos, pero ¿tengo que competir? ¿Es lo que deseo? El ahora me revela que hay un momento para todo y una pregunta que no siempre es fácil de responder: “¿Qué sentido le das a tu vida con el tiempo que te queda? » aunque cada uno tiene su propia realidad. Percato que estoy lejos de ser la única persona que tiene estos pensamientos. Mucha gente se pregunta si, después de haberlo deseado todo, querido todo, a veces obtenido casi todo (no siempre), queremos centrarnos en lo que tiene un significado profundo o esencial.

Como paterno que soy, esta edad es especialmente importante. Porque se fundó una familia, porque se obtuvieron o no la posición ansiada, pero la verdadera pregunta se resume más bien en esta: ¿qué hacer con esta experiencia acumulada y en una especie de libertad recién descubierta? Esta libertad limitada de tiempo!!!. Los críos ya no son niños, son adultos y realizas que no obstante de todas tus buenas intenciones paternales también has cometido desaciertos, inexplotablemente tampoco puedes vivir su vida …

Antes de partir por sus propias alas críos de gansos canadienses (Branta canadensis), fotografía Carlos R. Martinez ©.

Y luego, sumado a este contexto, en gran medida ligado a la edad está el tabú, paréntesis inevitable: la vejez! Aleluya!. Nuestra realidad física se transforma continuamente en la que debes superar pequeños o grandes cambios, asimismo un análogo momento en el que posees formidables vivencias y experiencia para contribuir a la sociedad y que dependen de una delicada resiliencia, un delirio al que ninguno escapamos; se producen consecuencias personales y físicas, profesionales y no digamos a estas alturas una separación, eso no es trivial.

Merma un declive para captar mejor lo que le sucede en nuestro pasaje, en nuestro cuerpo, lo que se produce en nuestra consiencia. Esta sensibilización puede tomar tiempo y múltiples formas: un cambio en nuestra mentalidad, muchos fines de semana en tu propia soledad, una tregua del empleo, amplios períodos para reflexionar, todos los días parecen ser domingos y se puede pasar por alto la noción de tiempo.

Tillandsia en el amanecer. Fotocomposición NFT Carlos R. Martinez 23 ©

Por primera vez en mi vida, tengo la suerte de no vivir bajo el dictado de lo que debería hacer, sin expectativas, sino más bien bajo el de lo que me es posible.

Entonces, hoy, en el momento en que las guerras se multiplican, en el que nuestro clima es socavado, donde líderes extremistas y populistas de las grandes naciones ya no desean transmitir seriamente el poder y hacen de las suyas no pronunciándose contra el armamento bélico para que que los cañones guarden el silencio y den el lugar a paz!, allí, en este momento, las fuerzas conservadoras de todo el mundo tienen el viento en popa, eso no augura nada bueno para el futuro. Sin embargo, todo conspira para que los conservadores luchen por “conservar” el planeta y asegurar la supervivencia del sistema capitalista. Si el mundo colapsa, el mundo empresarial también colapsará. ¿no es sabio tomar un poco de tiempo para verse en el espejo, un poco de retrospectiva, si podemos reflexionar sobre lo que realmente es importante y cómo queremos contribuir a ello?

Entonces a nivel planetario, ¿qué debemos esperar del próximo año? La esperanza de que la lluvia de elecciones a través los cuatro rincones del mundo provoque reflexión. Y no sólo sobre las grandes cuestiones del momento –la sustancia política–, sino también sobre la importancia del procedimiento electoral, seamos partidarios o no de los recién elegidos la transición pacífica del poder. El 2024 para nuestro bien común, será el año en el que tendremos que domar al autoritarismo de la justicia que hay en nosotros.
La alternativa ? como las que tendrán lugar en Rusia e Irán, donde están condenados a votar en elecciones sólo de nombre, Y aguantar a la clase dirigente inamovible.

Laura-Julie Perreault – Diplômée de l’Université de Caroline du Nord à Chapel Hill, La Presse.

¿Y si este retroceso fuera el paso previo para realizar tu vida en la continuación evitando estropear todo porque no entendemos lo que nos está transformando? ¿Y si nos permitiera comprender la existencia en un mundo que se ha vuelto eminentemente complejo, ansioso, pero cuya continuación aún no está escrita? Dices alegría mientras piensas en desastre. Ves el panorama en torchas, carbonizadas nubes y enjambres de golondrinas estrellándose contra el suelo, o en la obscuridad, tal vez sean ángeles acostumbrados a custodiar críos, aún así, te aferras a la alegría, haces el esfuerzo como quien se da un deber de conciencia y pretendes no renunciar al corazón que transforma las espinas en rosas.

Cuando todo parece desmoronarse lo que nos queda es la cultura. Dany Laferrière. Fotografía de la Biblioteca del Crucero Celebrity, Eclipse, Alaska, EU. Carlos R. Martinez 23 ©

¿Y si esta reflexión no fuera solo responsabilidad de nosotros que la vivimos, sino también de nuestras instituciones, de nuestras empresas, de nuestro plan societario ? Tal vez nuestra colectividad en su totalidad debería ser invitada porque después de todo, el paso del tiempo no perdona a la humanidad.

Cuidando de nosotros mismos y de los demás, creamos un entorno propicio para el desarrollo colectivo. Estamos poniendo en marcha la solidaridad necesaria para superar el próximo año, lo que parece presagiar algunos desafíos a nuestra resiliencia.

Gallitos ( Bromileas & tillandsias) en la Finca las Mercedes, Guatemala fotografía Carlos R. Martinez 23 ©

Constantemente, aspiro con humildad abrazar el misterio de la vida y no es evidente de residir en la gratitud y la simpatía, no olvido que es una ofrenda existencial en el anhelo de otro amanecer porque mi conciencia me recalca que nunca volverá, cada noche es otra tarea concluida… así que compartamos hasta el final, deseémonos entre nosotros ante todo el descanso y una maravillosa pérdida de tiempo. El objetivo de un jubiloso 2024: pasar de la mayoría cansada a la minoría inspiradora.